viernes, 23 de octubre de 2009

Haruki Murakami y sus Sauces ciegos



Tal vez hay mucha gente que conoce este escritor pero para mí ha sido un grato descubrimiento de hace poco. Resulta que andando en la Feria del Libro que se celebró la semana pasada, anduvimos viendo que llevar y me topé con un libro de George Bataille y Haruki Murakami de editorial Tusquets. La opción de llevar a George Bataille era una apuesta casi segura, ya había leído “Historia del Ojo” y me había encantado por lo tanto comprar “Madame Edwarda y el muerto” no representaba ningún problema.

La duda era si comprar “Sauce Ciego, mujer dormida” de Haruki Murakami, yo no lo conocía y no sabía si valía la pena. Después de darle toda la vuelta a la feria, regresé al mismo stand y lo compré pero todavía con muchas dudas. Me ha pasado antes que por andar experimentando, compro libros que son un vil churro y me pasa entre que me duele el bolsillo y siento que perdí el tiempo en un libro que no valía la pena.

Total, me llevé los dos libros y por cuestiones de tamaño empecé a leer el de George Bataille el cual a pesar de que me gustó mucho, transcurrió sin sorpresas y en poco tiempo lo terminé debido al tamaño, la verdad sigo prefiriendo “Historia del Ojo” se me hizo mucho más impactante y ampliamente lo recomiendo. No digo que “Madame Edwarda y el muerto” no estuvieran mal pero la verdad esperaba más cachondor jajajaaj.

Entonces, pues ahí estábamos Haruki Murakami y yo frente a frente, el libro de 384 hojas esperando a empezar a ser leído y dije, bueno empezaré por el cuento más corto y así podré leerlos salteados hasta acabar. Empecé con “La chica del cumpleaños”, éste me encantó porque era un relato muy dulce, cotidiano y lleno de nostalgia. De ahí salté a leer “La tía Pobre” y de repente ya estaba enganchada a Murakami. No les contaré del tema de los 24 relatos porque me extendería mucho y no me gusta hacer reseñas pero si quiero platicar el motivo por el cual ahora soy fan de Haruki Murakami. Él presenta una serie de relatos donde podemos ver un Japón que data desde la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad donde los personajes se encuentran solos en una ciudad sorda como Tokio, y sus historias se pierden al igual que los personajes entres las escaleras del piso 24 y 25 de sus rascacielos.

Haruki Murakami nos platica de personajes que hacen cosas inusuales o personajes que de repente quedan atrapados en situaciones inusuales o difíciles de entender con un pensamiento lineal. Tardé como una semana en leer todo el libro, pero fue delicioso, soñé como 3 veces que estaba en Japón, soñé con monos que hablan y te dicen verdades que no quieres oír, con gente que solo desaparece y reaparece al poco tiempo y con mucha música de Jazz. El autor durante mucho tiempo tuvo un bar de este tipo y sus relatos varias veces giran en torno a la música.

Otro aspecto que vale la pena mencionar es que Haruki Murakami, no cumple con los clichés típicos del escritor latinoamericano (instalado en los sesentas, sacos de pana, comunismo y con un discurso un poco desactualizado) los invito visitar su sitio oficial: http://www.randomhouse.com/features/murakami/site.php?id= ahí encontrarás un sitio muy agradable en diseño, arte y música. Se menciona que al escritor le gusta escuchar entre otras cosas a Radiohead Kid A mientras escribe y la música de la página refleja de manera excelente el tono de sus historias.

Para mi leer este libro me hizo comprender que hay actos en la vida cotidiana que generan rompimientos más allá de lo que pensamos, como el recuperar una placa con nuestro nombre puede significar el romper con lo que nos lastima en el pasado. Una enfermedad en el estómago te puede cambiar y ya no llegas a ser el mismo y pienso que es cierto: en nuestra vida diaria ocurren cosas a nuestro alrededor que nos cambian y no nos damos cuenta, aquí les va un ejemplo:

Hoy venía platicando con mi esposo en el carro que hace 2 años yo estaba caminando en el parque Roma y un señor de alrededor de 50 años que venía con una mujer de similar edad, se desplomó a dos metro delante de mí.

El resto de la gente empezó a rodearlo, una chica le hizo respiración de primeros auxilios y el señor tuvo todo el tiempo los ojos abierto y poco a poco su respiración empezó a hacerse más pausada hasta que como un foco que termina de funcionar, finalmente murió.

Hasta donde pude entender fue un coma diabético o al menos esa fue la versión de los camilleros de la ambulancia. La mujer que lo acompañaba estaba llore y llore, ella me desconcertó porque la vi como descontrolada, ni siquiera podía llorar con credibilidad, como muy autoconsciente de cómo se veía antes los demás. Daba nos pequeños sollozos y paraba para hablar en un tono emocional normal, casi de buen humor. En ese rato se supo que ella no era su esposa, era una compañera del trabajo. En el celular del hombre no encontré un solo número que dijera “esposa” o algo que pudiera indicar que tenía familia. (Me puse a hacer eso mientras llegaba la ambulancia). Al final se encontró a un hijo que vivía cerca, pero era tarde y todo había pasado, el hombre ya iba camino al anfiteatro.

Mientras ocurrió todo eso, me acuerdo que lloré un poco y no volví a recordar el incidente hasta hoy dos años después que vi un choque en constitución, el carro estaba hecho pedacitos. Enseguida me acordé de Murakami, como los sucesos se van entrelazando en sus significados, pareciera que esto fue un recordatorio de cómo funciona la muerte, a veces solo te fundes como un foco, otras te estrellas, otras solo te vas durmiendo pero al final, en el marcador final, una realidad es que todos nos vamos a morir y el cuándo va a suceder empieza a ser irrelevante porque no es algo que podamos controlar.

¿Qué a donde va todo esto? A que el pasado prefiero dejarlo atrás, de todas formas él se va a encargar hacerse presente cuando de verdad sea necesario. Yo tenía días pensando en la muerte, pero de repente el pasado me salta y me recuerda que no vale la pena pensar en eso, es algo fuera de mi control.

El pasado también lo veo en algo como que puedes quedar atrapado, lo dejas anclado en acciones sin sentidos, ¿cuántos de nosotros no tenemos ese objeto, digamos un libro que un día vamos a devolver y pasan los años y nada? ¿Cuántas cartas o conversaciones tenemos destinadas a algunas personas y eso nunca ocurre?, siempre que pasamos, vemos el libro y pensamos: ¡Chin, pero esta semana se lo devuelvo!, esto es solo un ejemplo pero creo que saben a qué me refiero.

Nos la pasamos tropezando con el pasado y la culpa. Yo he empezado a optar por tirarlo y dejar de conservar cosas inútiles, solo conservar solo lo necesario y que aporte un bien.

Prefiero pensar en el presente y elevarlo en calidad. Sé que se oye a cliché pero por alguna razón entre ayer y hoy tiene mucho sentido para mí.

Haruki Murakami me planteó el usar la realidad y la fantasía para sanar, para vivir en realidades paralelas y usarlas para mi provecho, para dejarme llevar por la belleza de sus historias y perderme en un Japón que todavía no conozco pero desde que leí esto ansío conocer.

Lo gracioso es que leyendo reseñas encontré que el libro que vale la pena de él es “Tokio blues” ¡Y yo que quedé feliz con este!, entonces no me quedará más remedio ahora comprar el otro.

Saludos!

4 comentarios:

  1. Wow, me gustó mucho tu post y ahora muero por leer a Murakami... Bataille también me la debe... o más bien yo le debo tiempo de lectura.

    Estoy completamente de acuerdo con tu perspectiva de la muerte, aunque soy un poco menos estricto con el pasado, al cual veo como una herramienta de autocomprensión, más aún de autoperdón, para hacer posible la alineación entre lo que somos y lo que quisiéramos ser.

    Un abrazo :)

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  2. Hola, que coincidencias... a mi una amiga me recomendó a Murakami hace un mes, y ya leí el libro de Kafka en la Orilla, uno de los mas gordos. Está buenísimo, hablando de personajes que hacen cosas bizarras hay un señor que puede hablar con los gatos, y hace llover sanguijuelas. No he leído otro de él, en la feria de libro compré el de After Dark pero no lo he empezado por cuestiones escolares. Pero en Kafka en la Orilla está como decirlo, demasiado expuesta la relación pasado-presente-futuro, y al final a pesar de que todo sea demasiado bizarro las cosas se "entrecruzan" y todo tiene sentido. Y bueno con lo de la muerte me pasó algo similar, pero en lugar de enfocarme en el pasado me enfoqué en el futuro, aún mas lleno de clichés. Resulta que una chava que estuvo conmigo en la prepa murió en un accidente automovilístico hace como 1 mes (o 2). Y pues a pesar que yo no me llevaba con ella si la conocía, y de alguna manera me tiró mi obra perfecta de verme viejito y morirme lleno de arrugas. Y pensé en tomar una actitud más valemadrista (mas no irresponsable) de la gente, que quiere controlar la manera de ser y pensar de todo mundo. Algo así como vive la vida al máximo (ahora ves porqué digo que esta mas trillado).
    Bueno, saludos, luego te pongo lo del café xD. Por cierto voy a ir a Real de 14 en noviembre, pero también me invitaron el mismo fin a un festival de Globos aerostáticos en Leon y no se a donde ir jaja. Saludos.

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  3. ¡¡Hola Vivis!!!
    Me gusta mucho lo que escribes y los temas que escribe, como que a todo le encuentras algo interesante que extraerle... esta es una Viviana que no conocía, analítica, aguda, muyyyy inteligente (bueno, esa ya la conocía), y muyyy humana, muchas de tus reflexiones nos hace pensar un buen, jajajajaja.
    Sólo tengo una duda, ¿Los libros de Haruki Murakami son en inglés o también los hay en español? Espero que también los haya en español, porque entré a la página que recomienda y ahí aparecen en inglés. Un besote y espero vernos pronto

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  4. Hola Cecy!
    Muchas gracias por tus comentarios,efectivamente los hay en español,los maneja editorial Tusquets y sugún la red en la Gandhi los tienen. Yo también estoy pendiente de comprar más jaajajja, te mando un gran abrazo, se les extraña mucho a todos por allá....

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