viernes, 23 de octubre de 2009

Haruki Murakami y sus Sauces ciegos



Tal vez hay mucha gente que conoce este escritor pero para mí ha sido un grato descubrimiento de hace poco. Resulta que andando en la Feria del Libro que se celebró la semana pasada, anduvimos viendo que llevar y me topé con un libro de George Bataille y Haruki Murakami de editorial Tusquets. La opción de llevar a George Bataille era una apuesta casi segura, ya había leído “Historia del Ojo” y me había encantado por lo tanto comprar “Madame Edwarda y el muerto” no representaba ningún problema.

La duda era si comprar “Sauce Ciego, mujer dormida” de Haruki Murakami, yo no lo conocía y no sabía si valía la pena. Después de darle toda la vuelta a la feria, regresé al mismo stand y lo compré pero todavía con muchas dudas. Me ha pasado antes que por andar experimentando, compro libros que son un vil churro y me pasa entre que me duele el bolsillo y siento que perdí el tiempo en un libro que no valía la pena.

Total, me llevé los dos libros y por cuestiones de tamaño empecé a leer el de George Bataille el cual a pesar de que me gustó mucho, transcurrió sin sorpresas y en poco tiempo lo terminé debido al tamaño, la verdad sigo prefiriendo “Historia del Ojo” se me hizo mucho más impactante y ampliamente lo recomiendo. No digo que “Madame Edwarda y el muerto” no estuvieran mal pero la verdad esperaba más cachondor jajajaaj.

Entonces, pues ahí estábamos Haruki Murakami y yo frente a frente, el libro de 384 hojas esperando a empezar a ser leído y dije, bueno empezaré por el cuento más corto y así podré leerlos salteados hasta acabar. Empecé con “La chica del cumpleaños”, éste me encantó porque era un relato muy dulce, cotidiano y lleno de nostalgia. De ahí salté a leer “La tía Pobre” y de repente ya estaba enganchada a Murakami. No les contaré del tema de los 24 relatos porque me extendería mucho y no me gusta hacer reseñas pero si quiero platicar el motivo por el cual ahora soy fan de Haruki Murakami. Él presenta una serie de relatos donde podemos ver un Japón que data desde la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad donde los personajes se encuentran solos en una ciudad sorda como Tokio, y sus historias se pierden al igual que los personajes entres las escaleras del piso 24 y 25 de sus rascacielos.

Haruki Murakami nos platica de personajes que hacen cosas inusuales o personajes que de repente quedan atrapados en situaciones inusuales o difíciles de entender con un pensamiento lineal. Tardé como una semana en leer todo el libro, pero fue delicioso, soñé como 3 veces que estaba en Japón, soñé con monos que hablan y te dicen verdades que no quieres oír, con gente que solo desaparece y reaparece al poco tiempo y con mucha música de Jazz. El autor durante mucho tiempo tuvo un bar de este tipo y sus relatos varias veces giran en torno a la música.

Otro aspecto que vale la pena mencionar es que Haruki Murakami, no cumple con los clichés típicos del escritor latinoamericano (instalado en los sesentas, sacos de pana, comunismo y con un discurso un poco desactualizado) los invito visitar su sitio oficial: http://www.randomhouse.com/features/murakami/site.php?id= ahí encontrarás un sitio muy agradable en diseño, arte y música. Se menciona que al escritor le gusta escuchar entre otras cosas a Radiohead Kid A mientras escribe y la música de la página refleja de manera excelente el tono de sus historias.

Para mi leer este libro me hizo comprender que hay actos en la vida cotidiana que generan rompimientos más allá de lo que pensamos, como el recuperar una placa con nuestro nombre puede significar el romper con lo que nos lastima en el pasado. Una enfermedad en el estómago te puede cambiar y ya no llegas a ser el mismo y pienso que es cierto: en nuestra vida diaria ocurren cosas a nuestro alrededor que nos cambian y no nos damos cuenta, aquí les va un ejemplo:

Hoy venía platicando con mi esposo en el carro que hace 2 años yo estaba caminando en el parque Roma y un señor de alrededor de 50 años que venía con una mujer de similar edad, se desplomó a dos metro delante de mí.

El resto de la gente empezó a rodearlo, una chica le hizo respiración de primeros auxilios y el señor tuvo todo el tiempo los ojos abierto y poco a poco su respiración empezó a hacerse más pausada hasta que como un foco que termina de funcionar, finalmente murió.

Hasta donde pude entender fue un coma diabético o al menos esa fue la versión de los camilleros de la ambulancia. La mujer que lo acompañaba estaba llore y llore, ella me desconcertó porque la vi como descontrolada, ni siquiera podía llorar con credibilidad, como muy autoconsciente de cómo se veía antes los demás. Daba nos pequeños sollozos y paraba para hablar en un tono emocional normal, casi de buen humor. En ese rato se supo que ella no era su esposa, era una compañera del trabajo. En el celular del hombre no encontré un solo número que dijera “esposa” o algo que pudiera indicar que tenía familia. (Me puse a hacer eso mientras llegaba la ambulancia). Al final se encontró a un hijo que vivía cerca, pero era tarde y todo había pasado, el hombre ya iba camino al anfiteatro.

Mientras ocurrió todo eso, me acuerdo que lloré un poco y no volví a recordar el incidente hasta hoy dos años después que vi un choque en constitución, el carro estaba hecho pedacitos. Enseguida me acordé de Murakami, como los sucesos se van entrelazando en sus significados, pareciera que esto fue un recordatorio de cómo funciona la muerte, a veces solo te fundes como un foco, otras te estrellas, otras solo te vas durmiendo pero al final, en el marcador final, una realidad es que todos nos vamos a morir y el cuándo va a suceder empieza a ser irrelevante porque no es algo que podamos controlar.

¿Qué a donde va todo esto? A que el pasado prefiero dejarlo atrás, de todas formas él se va a encargar hacerse presente cuando de verdad sea necesario. Yo tenía días pensando en la muerte, pero de repente el pasado me salta y me recuerda que no vale la pena pensar en eso, es algo fuera de mi control.

El pasado también lo veo en algo como que puedes quedar atrapado, lo dejas anclado en acciones sin sentidos, ¿cuántos de nosotros no tenemos ese objeto, digamos un libro que un día vamos a devolver y pasan los años y nada? ¿Cuántas cartas o conversaciones tenemos destinadas a algunas personas y eso nunca ocurre?, siempre que pasamos, vemos el libro y pensamos: ¡Chin, pero esta semana se lo devuelvo!, esto es solo un ejemplo pero creo que saben a qué me refiero.

Nos la pasamos tropezando con el pasado y la culpa. Yo he empezado a optar por tirarlo y dejar de conservar cosas inútiles, solo conservar solo lo necesario y que aporte un bien.

Prefiero pensar en el presente y elevarlo en calidad. Sé que se oye a cliché pero por alguna razón entre ayer y hoy tiene mucho sentido para mí.

Haruki Murakami me planteó el usar la realidad y la fantasía para sanar, para vivir en realidades paralelas y usarlas para mi provecho, para dejarme llevar por la belleza de sus historias y perderme en un Japón que todavía no conozco pero desde que leí esto ansío conocer.

Lo gracioso es que leyendo reseñas encontré que el libro que vale la pena de él es “Tokio blues” ¡Y yo que quedé feliz con este!, entonces no me quedará más remedio ahora comprar el otro.

Saludos!

lunes, 19 de octubre de 2009

Más cuentos de terror...



Cuento número 4: Tú te sales del espejo pero es tu versión diabólica jajajaja…

Exorcismo

Por fin pasó lo que tenía que pasar, después de años de haber esquivado eso que no te gusta en tu persona, por fin aparece de nuevo. Es como ver tu imagen de 14 años burlándose de tí pero ahora en un adulto deformado. Hoy eres una versión adulta años después de que algo salió mal…

Tienes un mes que babeas como perro con rabia, al menor de los desacuerdos empiezas a imaginar escenas de cómo le das un puñetazo en la cara a la persona o como te bajas del carro con el bastón en la mano y empiezas a aporrear el carro en cuestión.

¿En qué momento se te disparó todo esto en la cabeza? ¿En qué momento se salió el adolescente de 40 kilos del espejo para metérsete en la cabeza? Fue despacito, al principio no lo notabas, empezabas con pensamientos de paranoia como: “de seguro están hablando mal de mí” “qué mal me veo hoy” y después se fue volviendo en irritación, un ácido que se escurre dentro de tu panza ante la menor provocación: un cerrón en la avenida, la tarea tediosa de encontrar estacionamiento donde no lo hay, el engordar a raudales para luego comer más y olvidar que estás engordando, una pequeña molestia en la oficina, cualquier cosa es el pretexto perfecto.

Mientras te vas empantanado, los de afuera se mueven a gran velocidad, se casan, tienen hijos, los bautizan, publican libros, viajan, compran casas, vuelven a embarazarse, salen en la tele y tu tratas de correr pero en un charco de arena empantanada. ¿En qué momento te convertiste en insecto tratando de escapar de un techo de vidrio? ¿O en qué momento tienes otras personas trepadas en la espalda como el cuento de "La tía Pobre"?

Ahora aparte de que te sorprendes siendo unos de los personajes de los cuentos de Haruki Murakami también quieres serlo para desaparecer como en un sueño.

¿De esto se trata todo? ¿Comprar cosas, trabajar, reproducirte como perro, volver a trabajar, decir chistes, hablar con todos en un contexto socialmente aceptable, y continuar avanzando hasta que un día eres viejo y ni tus hijos te entienden?

Un día se te cumple el sueño y desapareces, ahora tu estás del otro lado del espejo, y ese ente que no eres tú queda afuera peleando y haciendo la vida difícil a todos. Tú solo esperas y duermes más que nunca para un día, en otro mes, resurgir de nuevo.

Todo esto es un exorcismo redactado en segunda persona con la esperanza de que salga de mí, porque a mí me encantaría siempre andar como campanita, toda positiva, haciendo proyectos, dando el pase en el tráfico pero llevo un mes que no es así.

Por tanto hago este exorcismo haber si me deja de salir hiel de la boca, haber si esto para de alguna manera y dejo de sentir tanto coraje.

Disculpen el pesimismo, espero la otra semana traer otro humor y aportar algo más agradable…



Cuento de terror número 5: Los sindicatos y sigue la hiel saliendo



Los sindicatos están haciendo llamado a huelga en el país por las rabietas de los SME. Por mí que los sindicatos ardan en el infierno, estoy harta de ver el IMSS secuestrado por esa mafia. Solo en la mentalidad de un sindicato se vuelve super indispensable tener un viejo cuarentón en una ventanilla hablándole mal a la gente y diciendo que no alcanza para tal o cual estudio médico porque el sindicato se gastó la lana en una delfinoterapia o cualquier otra mamada que les guste.

Resultados: tenemos empleados huevones dando un pésimo servicio que en la iniciativa privada desde cuando les habrían dado gas y tenemos empleados teniendo que pagar cuotas para que sanguijuelas como los líderes de la CROC puedan seguir engordando y golpeando viejitos en eventos de gobierno. ¿No es asqueroso?

Insisto, disculpen mi mal humor, prometo a la otra hacer una nota más constructiva…

viernes, 9 de octubre de 2009

Tres cuentos de terror para halloween

Cuento de terror número 1 : EL IMSS

Mucha gente sabe, otros no, pero mi mamá ha estuvo muy enferma desde el 2001 de cáncer de mama. Afortunadamente se detuvo la enfermedad y ha seguido en tratamiento hasta la fecha. En ese tiempo mi mamá no tenía póliza de seguro por lo tanto recurrimos al IMSS donde por fortuna y por ayuda de un familiar ella tuvo acceso.

En ese entonces, el panorama del IMSS era aterrador. Todavía recuerdo muy bien el primer día que acompañé a mi mamá para que le dieran una consulta, venía con sus estudios y recientemente la habían operado en un hospital para extraerle el tumor y era necesario que recibiera consulta para saber qué seguía en el tratamiento.

Era noviembre, entramos a la sala de espera de la clínica 25 y el panorama era este: una sala caliente y de luz grisácea, (parecía carnicería) no había sillas donde sentarse por la cantidad de gente y el lugar estaba repleto porque como supe después esa clínica era de las pocas que había en el zona norte y mucha gente foránea estaba desesperada por recibir consulta ahí.

Tratamos de hablar con las recepcionistas y fueron muy rudas e insistentes en decirnos que no había doctores y que tendríamos que esperar hasta febrero para recibir cualquier consulta (¡terror!). Esto era grave porque en ese entonces el cáncer mi mamá seguía activo y la posibilidad de tener que esperar 3 meses podría significar que ya nada tuviera remedio.

Lo peor era que nuestro caso no era el único, había un mundo de gente desesperada como zombis con tratamientos de quimio a la mitad parados en las puertecitas de los consultorios suplicando a la enfermera que los dejara pasar.

Esa vez preguntamos con quien podíamos hablar, entonces nos dijeron que habláramos con el jefe de oncología y fuimos.

Esta persona fue muy amables y revisó los resultados de los estudios hechos: no había vuelta de hoja, lo siguiente iba a ser quimioterapia (¡terror!) y finalmente nos dieron una fecha de consulta más reciente. En ese tiempo todavía cuando consultabas usaban máquinas de escribir para registrar síntomas, ahora afortunadamente las cosas son muy distintas.

De esto ya hace muchos años y a partir de ahí mi mamá siguió el tratamiento al pie de la letra y no hubo más sobresaltos en el IMSS. A decir verdad, el IMSS a pesar de que las instalaciones están en un estado deplorable (la mayoría de los climas no los prenden durante el día y no voy a explicar el estado de higiene de los baños porque me da más pena a mí que a ellos) hay mucha gente comprometida con hacer su trabajo bien y que se desviven por sus pacientes. Y con esto incluyo por igual a médicos y a enfermeros con quienes mi mamá fue entablando amistad al paso de los años.

Tiempo después me di cuenta de que parte de esa rudeza de los empleados tenía mucho que ver con la incapacidad de atender a tanta gente.

Tengo entendido que después en la administración de Fox de hicieron más clínicas que atendían este problema en la zona norte y eso ayudó a que la cantidad de pacientes bajara en la clínica 25. También se metieron sistemas dentro del IMSS lo cual ayuda a que los doctores puedan llevar un buen seguimiento del paciente.

Hace unos días mi mamá tuvo una decaída fuerte y tuvimos que llevarla a emergencias porque tenía mucho dolor en los huesos y no se podía ni parar de la cama. A base de analgésicos se logró parar y la llevamos al hospital. Ahí le practicaron algunas radiografías y le pusieron algún tipo de suero para calmarle el dolor.

Después la dieron de alta y le dijeron que fuera a consultar con su oncólogo, desafortunadamente en ese momento la Dra. Castruita estaba de vacaciones y tuvimos que ir con un doctor que estaba cubriendo a la doctora y que desde el principio no tuvo buena química con mi madre. A mí me tocó acompañarla noté que era muy frío y mostraba molestia cuando le hacíamos preguntas. Me dio la impresión que quería que nos fuéramos lo antes posible y así fue: nos despachó al cabo de 5 minutos.

Pues bien, ayer estábamos de vuelta esperando a que el doctor nos pudiera recibir a pesar de no tener consulta, esta vez si alcanzamos silla porque no había mucha gente. Al cabo de un rato, noté que el doctor se salió como 10 minutos a hacer una llamada a celular y después vi que regresó a despachar a un viejito al cual regañó y le dijo que se fuera a su casa, que no iba a consultarlo, en eso se voltea con nosotras para burlarse de la insistencia del viejito pero en cuanto nos reconoce, le cambió la expresión de la cara a furioso y nos empezó a hablar voz en cuello: “¿Ustedes que hacen aquí? ¿a qué vienen? ¡La acabo de consultar ayer o antier!” Como podíamos tratábamos de explicarle que eso fue hace 15 días y que había pasado algo grave desde entonces, pero él no nos dejaba hablar solo gritaba como loco: “¡YO NO LA VOY A CONSULTAR!”y se encierra con la enfermera a regañarla por habernos dicho que nos iban a atender.

Después vuelve a salir furioso, y nos dice: “¡Yo no la voy a atender!!” Mi mamá le trata de explicar que estuvo en emergencias, pero él no la deja hablar y la interrumpe a voz en cuello diciendo: Pues sí, en emergencia pero no está hospitalizada y no tiene cita ¡YO NO LA VOY A ATENDER!!, se da la media vuelta y se mete en su consultorio. En ese momento mi mamá se enoja y le dice: Muy bien, voy a hablar con el doctor Medina. Él contesta: pues hágalo pero ¡YO NO LA VOY A ATENDER!

La gente había presenciado todo y nos empezaron a decir que nos fuéramos a quejar y así lo hicimos pero al llegar a la oficina del Dr. Medina el muy joto del doctor ya estaba estaba dentro curándose en salud y alcancé a oír que le dijo. “Están histéricas, ella no tiene nada, la acabo de ver y no tiene cita..” y después le vuelve a decir ahora al jefe de oncología. “¡YO NO LA VOY A ATENDER!”

Para ese entonces nosotras estábamos afuera de la oficina oyendo todo porque la puerta estaba abierta y mi mamá ya había saludado con una señal al doctor Medina mientras el doctor graznaba como un ganso furioso, sus super-razonables motivos para no atender a mi mamá. Cuando salió de la oficina a mí me dio tanto coraje que le dije a voz de cuello: ¡Déjalo, se ve que tiene un muuuuchooooo de trabajo! (los doctores del IMSS consultan hasta las 2 pm)

Una vez, que el doctor Medina se acerca iba un poco a la defensiva creyendo que efectivamente estábamos histéricas y cuál sería su sorpresa cuando nos vio tranquilas y le explicamos que él motivo por el que estábamos ahí era muy diferente al de la vez pasada y le dijimos que el anterior doctor no nos dejó hablar, que solo se agarró gritando y yo lo arremedaba: “YO NO LA VOY A ATENDEEEEEERRRR” (con cara de loco ajjajajajaajaj) el doctor Medina nos dijo: “Entonces se me hace que el histérico era otro, no se preocupen, es que un su casa no lo quieren…” A partir de ahí todo volvió a la normalidad, se le hizo otra radiografía a mi mamá y el doctor Medina la consultó debidamente y nos pudimos ir a nuestra casa en paz.

Después de todo este relajo el pensamiento que me queda es: Nosotros tuvimos suerte y supimos quejarnos, pero ¿qué pasa con la gente que no escala estas situaciones? ¿qué pasó con el viejito que el mismo doctor se estaba negando a atender?(¡terror!)

El IMSS es un servicio de salud que gran parte de los mexicanos estamos pagando. Yo tengo varios años de no pararme a consultar ahí y mes tras mes me lo cobran. ¿Por qué todavía hay doctores que te tratan como si te estuvieran dando caridad? Es cierto que el servicio del IMSS ha mejorado pero todavía falta muchísimo por hacer y eso es un verdadero cuento de horror.

¿Es solo nosotros o alguien que esté leyendo esto tiene una historia de terror parecida??

Cuento de terror 2: La huérfana




Me tocó ver esta película hace días y me encantó, tiene un final muy sorpresivo y para ser cine comercial está que ni mandada a hacer para sustos. No dejen de verla. La niña actriz se la rifó, estuvo muy entretenida….

Cuento de terror número 3: Balacera afuera de la oficina.

Mi esposo me cuenta que ayer a las 5 pm hubo una balacera sobre avenida Garza Sada y fue un intento de rescatar a unos sicarios. Dos balaceras en la misma avenida donde casualmente están nuestros lugares de trabajo. Una señora que iba dentro de un camión urbano resultó herida en la cara, así sin deberla ni temerla. Pienso: pudimos haber sido cualquiera de nosotros cuando vamos a comprar café en la tarde ¿Monterrey está bastante a tono con el halloween verdad?

Besos a todos!

viernes, 2 de octubre de 2009

De aflicciones y furia ciega


Aflicción 1998

¿Algunas vez has tenido la impresión de que todos aunque estés consciente de que no es así, están en tu contra? Bueno, si nunca te ha pasado, felicidades; evidentemente eres alguien de sentimientos sencillos y sanos. De lo contrario tengo está película para ti: “Aflicción” con Nick Nolte y Jame Coburn. La película habla de un sheriff que a raíz de una muerte en un horrible pueblo de esos que siempre están nevando en Estados Unidos, empieza a fantasear con la idea de que fue un asesinato y se obsesiona con romper la monotonía de su vida.

El argumento de principio se lee muy ñoño pero la historia tiene un lado muy oscuro, Wade, el personaje central actualmente está en proceso de divorcio y está peleando la custodia de su hija, al mismo tiempo, tiene problemas para contener la agresividad de toda la furia contenida en una vida de abusos de un padre alcohólico que lo golpeaba de niño. También tiene que lidiar con la muerte de su madre que origina el tener que hacerse cargo de su papá y por si fuera poco tiene una muela infectada que debe atenderse pero por falta de dinero y tiempo no lo hace y trae el dolor constante. ¿Les suena familiar?. Jajajajajaja ¿pequeñas molestias repiqueteando hasta que se vuelven grandes?

Hay una parte de la película donde hablando con su hermano Wade dice: “Solo soy un perro golpeado y amarrado” es la mejor definición para la furia de Wade. Al obsesionarse Wade con arreglar el supuesto asesinato, en realidad está tratando de hacerse justicia a sí mismo. No les cuento el resto de la película para que la vean pero hay algunos puntos que me gustaría comentar acerca de Wade. ¿Cuántos de nosotros traemos una pequeña molestia golpeándonos en la nuca y no hacemos nada? ¿Un cabello maltratado? ¿Un problema con un vecino? ¿Sarro en los dientes sin atender? ¿Aguantar las malas caras de tu compañero en la oficina?

Y decimos:

· Pronto lo voy a arreglar

· No hay problema, al cabo que no me molesta tanto…

· No hay que enojarse, mejor hay que sonreír…

Y así andamos por la vida como robots pelándole el diente a todo mundo, siendo socialmente aceptables hasta que un buen día como nuestro Wade perdemos el control y la furia se nos desborda arrasando con lo que se atraviese.

En nuestra sociedad tenemos mucho tabues sociales en cuanto a las emociones negativas. ¿Alguna vez se han hecho los que no se dan cuenta cuando ven a alguien llorando en el camión o en la calle? Nada nos costaría preguntarle si podemos ayudarle en algo, pero nos perturba ver a alguien en ese estado y decidimos pasar de lado.

¿Han notado qué cuándo nos preguntan en la mañana “¿cómo estás?” invariablemente contestamos “bien, gracias”? no importa por cual circunstancia estemos atravesamos, ya que socialmente es considerado una descortesía y un exhibicionismo emocional y de mal gusto contestar: Nombre, de la chingada, mi suegra otra vez anda de metiche y el pendejo del vecino se volvió a estacionar en mi lugar y aparte creo que debía haber estudiado otra carrera en lugar de ésta que escogí.

Sólo imagínense la reacción de otro si damos una respuesta de este tipo (había un cuate en mi trabajo anterior que nadie le queríamos saludar en la mañana porque siempre traía cara de perro apaleado e indudablemente iba a aprovechar el “¿cómo estás? Para quejarse un chorro y quitarte el tiempo.)

Tenía una maestra argentina que a ella realmente le importaba un jiote las formas sociales. De hecho era una persona muy ruda en su trato, pero a mí me encantaba, siempre sabía a qué atenerme con ella y a veces cuando uno le preguntaba “¿Cómo está maestra?” contestaba: “Del carajo” y procedía a contarte. Mucha gente no la quería porque en la primer clase le dijo a varios “hipócritas” y que traían sonrisitas de madera (insisto, ella me encanta)

Pero no me malentiendan, no creo que ser auténtico sea andar como Marga López en la queja eterna, de hecho hay gente que usa ese acto para generar simpatía y lástima en los demás, pero la verdad no me gustan esos lugares comunes de la gente cuando dice:

· La depresión es porque la gente tiene mucho tiempo libre (¡qué profundo! ajajajaj)

· Hay que enfrentar todo con buena cara (ajajajajaj mi favorita)

· ¡Hay que echarle ganas a la vida! (¿a la de quién?)

¿Que si por qué me molestan? Porque la mayoría, de la gente cuando dice esas cosas es por la pura huevonada de no empatizar con el otro e imaginarse por un segundo, cómo se puede estar sintiendo para encontrarse en ese estado. Andamos caminando por la vida haciendo como que no pasa nada como que “todo está bien” hasta que un día te encuentras en Gonzalitos disparándole a otro cuate porque te chocó tu carrito (y eso ya sucedió hace poco)

Afortunadamente yo no tengo pistolas ni nada por el estilo porque la verdad, si creo en eso de que “a las pistolas las carga el diablo” y ¡qué bueno!, porque de lo contrario a lo mejor ya me habría echado a varios (ajjajaja no se crean ) pero desafortunadamente no todo mundo tiene ese criterio con las armas.

A raíz de esto solo tengo dos pensamientos:

Amiguito que andas hiperencabronado, triste o frustrado: por favor empieza a resolver esas pequeñas cosas que te molestan y después ataca las grandes, no aceptes más basura de nadie y no juegues al “No pasa nada, no me molesta tanto” porque puedes acabar como nuestro amigo Wade. Si estás en crisis, declárate en crisis, baja la velocidad y ocúpate de tí.

Amiguito que te gusta pasarte de la raya con los demás: ten cuidado y sé prudente, tal vez también eres del primer grupo, de hecho, todos tenemos un poco de los dos, pero los demás no están consientes de tus problemas y si no respetas a los derechos de los demás, no te van a entender y la cosa puede acabar mal (pregúntenle al papá de Wade)

¿Que a qué viene toda esta reflexión? No les contaré la historia, pero lo que si les puedo decir que esta columna va más dedicada a mí que a ustedes y prometo solemnemente cambiarme este horrible color de cabello en uno que me guste y no acabar como mi amigo Wade sacándome la muela con unas pinzas y matando unos cuantos.

Esta semana que viene todo mundo siéntase con plena libertad de contestarme realmente como están cuando lo pregunte, si quieren quejarse este es el espacio perfecto…