miércoles, 2 de diciembre de 2009

¿Qué vas a ser de grande?... Un híbrido papá


Cuando estaba chica, contaban mucho que en los países comunistas como Cuba, China o Rusia cuando veían que un niño tenía talento en algún área como por ejemplo el deporte, el Estado lo adoptaba y su educación se centraba en eso. Por este motivo estos países destacan mucho en deporte. También cuentan que ocurría lo mismo con cuestiones como Matemáticas u otro tipo de áreas.

En mi caso esto habría sido un gran problema porque nunca destaqué en deportes, los únicos acercamientos que tuve con una pelota fue porque en la secundaria parecía tener imán con ellas y no faltaba algún pelotazo que me caía. Bueno, para ser justos, si se me da un poco el basquetbol pero en realidad no conozco bien las reglas y no me gusta andar dando empujones, por lo tanto mi máximo talento consiste en poder encestar la pelota a una distancia respetable.

Por otra parte, a pesar de que no era una estudiante excelente, (ya saben, esas máquinas de dieces que estornudan y sacan diez en cualquier examen) pues sí me defendía en mis calificaciones, pero el problema era el siguiente: Me iba casi igual de bien tanto como Matemáticas como en Español o Ciencias Sociales. Por alguna razón siempre medio repudié las Ciencias Naturales y a pesar de que me iba bien, la verdad siempre se me han hecho aburridas y sosas (que me perdonen todos lo que ahora ejercen algo de ese ramo pero así era, jajaja).

Con este perfil ya sabrán cómo me fue en la materia de Orientación Vocacional, todos los exámenes los manipulaba para que saliera la carrera que mi papá quería y así no quedaba mal con nadie.

En la preparatoria tuve oportunidad de ver diferentes materias a mayor profundidad y me convencí de que el mundo de las matemáticas, la computación, la química y la física no eran para mi, pero las Humanidades me encantaban. Al final acabé estudiando Ciencias de la Comunicación que era la carrera que yo consideraba que se ajustaba más a mi personalidad. También anduve trotando por el mundillo del teatro un tiempo, al igual que escribir que ha sido más o menos lo más constante. De lo que si estaba segura es que el mundo de las complicaciones tecnológicas y matemáticas no iba a ser para mí. ¡Pero qué equivocada andaba!

Hace un año estoy trabajando en una empresa que está íntimamente ligada con el mundo de la tecnología, haciendo un recuento en menos de un año me ha tocado aprender un montón de términos de lenguaje por ejemplo: BPEL, XML, XMF, .rcsx, por ejemplo. También varias herramientas de modelación de procesos: ProVision, Oracle BPA, BPM-X, Visio, entre otras.

Lo que me impresionaba es que al principio pensé: No manches, aquí voy a tronar como ejote. Mi examen final en la prepa de programación en Pascal lo pasé gracias a que era súper amiga de un chavo que daba soporte en las computadoras de la prepa y prácticamente él me hizo todo el trabajo final. (El maestro me había visto todo el semestre durmiéndome en su clase y sólo me pasó porque le gustó que el programa tenía una funcionalidad que yo ni supe cuál era porque yo no entendía ni madres de lo que mi amigo había hecho, jajajaja).

Pues entonces con este contexto, entenderán mi estrés cuando me fui dando cuenta de todo lo que tenía por delante que aprender para durar en el trabajo y a parte aquí no estaba en juego una materia sino mi empleo. El estrés que me daba al principio hasta me ahuyentaba el sueño, eran muchos términos nuevos y no sólo de tecnología sino términos de negocio, de arquitectura de empresa, de estrategia y otras sorpresitas que andan por ahí todavía.

Afortunadamente tuve la suerte de que mi esposo trabaja en la misma compañía, de hecho él me recomendó y fue de enorme ayuda para entender varias cosas, pero el proceso ha sido a veces como inyectarme la información en forma de aceite en el cerebro. Después de un año se puede decir que ya entiendo varias cosas y cuando creí, bueno, que de esto se va a tratar mi vida laboral, es cuando viene el otro giro de la historia:

Hace una semana un amigo de la oficina me dijo que si le puedo echar la mano a su esposa para echar a andar un proyecto que trae entre manos relacionado con tele marketing. Como tengo tres años de experiencia en Call Centers se me hizo fácil decir que si y ayudarla con eso. Mi amigo me había explicado someramente el proyecto pero no había puesto mucha atención y cuando llegué con la esposa de mi amigo me di cuenta de la trascendencia del asunto. Se trata de un proyecto para recabar fondos para una casa hogar de niñas.

A medida que fui platicando con ella me quedé helada por varias cosas:

· Su nivel de compromiso social tan difícil de encontrar en una ciudad como Monterrey en estos días.

· El impacto social que puede tener el proyecto de tener éxito.

· El componente feminista tan fuerte que lo impulsa.

Al final de la reunión la esposa de mi amigo me invitó a acompañarla a que yo misma conociera la casa hogar. Instantáneamente dije que sí, que cuente conmigo. Lo siguiente que empezó a darme vueltas en la cabeza fue: ¿Yo activista social? ¿Me va a jalar esto hacia ese lugar? ¿Qué no mi perfil laboral era de negocios y tecnológico? ¡Verde! ¡Oh, maldita Orientación Vocacional! ¿Por qué a mis 31 años a cuatro días de que se conviertan en 32 no puedo ser como un feliz ruso especializado en algo? ¿Pero debemos en realidad ser así? ¿Es que al final somos híbridos? ¿O a lo mejor mutamos a través de los años? Porque si a mí me hubieran dicho en la prepa: Chava, clávate más con la tecnología o el mundo de los negocios porque te va a servir un chorro en el futuro y a aparte te va a gustar, me habría muerto de la risa y me habría ido a mi taller literario tan feliz de la vida.

Por otra parte debo confesar con mucha vergüenza que nunca he sido muy comprometida socialmente hablando, de niña era tan inconsciente hacia las necesidades de los demás que una vez mi papá me tuvo que llevar a uno de los basureros de la ciudad para que yo viera como vivía la gente que no tenía nada y que por tanto no debía darle tanta importancia a que él no me pudiera llevar a Show Biz el domingo. (Esa es otra historia pero luego la cuento)

Ahora cuando escucho la labor impresionante que ha hecho la esposa de mi amigo es motivante de ella que tiene tanto sentido y profundidad. No puedo más que quedar muy comprometida al proyecto y me entró mucha hambre de ayudar.

Entonces, pese a la teoría de educación comunista, las personas como yo vamos a estar mutando constantemente o somos una mezcla de varias cosas diferentes, por tanto nos vamos a involucrar con distintas actividades a través de los años y sí, tal vez no vamos a lograr destacar demasiado en nada… ¡Pero qué bien nos la estamos pasando!

Saludos a la banda de híbridos…

2 comentarios:

  1. Esta bien, te perdono. A mi siempre me gustó mucho la química y la biología y esas cosas. Por eso mi carrera me queda muy bien jaja. El semestre pasado llevé Sociedad, desarrollo y ciudadanía en México. Y me gustó mucho (pero la maldita maestra me puso 99 en vez de 100 final xD). Era una materia más política, y me gusto. Creo que también de alguna manera me entro la chispita de ser activista de alguna causa, pero más como para andar checando a los políticos directamente o fregarlos para que no se suban el sueldo xD, no tanto para hacer beneficencia social. Que a fin de cuentas repercute. Pero en fin, suerte con tu proyecto. Yo quiero ver a que me puedo dedicar bueno el próximo año aparte de la escuela (aprovechando que ya no trabajo). Bueno saludos.

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  2. Hola Marco!
    ¡Qué gusto leerte! me he estado acordando de ti. Hay que reunirnos antes de Navidad para tomarnos un café y platicar=)
    Te mando un abrazo!

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